¡Ay! ¡Qué mala suerte hemos tenido! Nos levantamos con toda la ilusión del mundo y dispuestos a prepararnos para un apasionante día de Aquopolis pero el tiempo no nos lo permitió. De repente después de desayunar se puso el cielo muy negro y comenzaron los truenos y relámpagos así que tuvimos que suspender nuestra visita al parque acuático.
Algunas caras de desilusión pero de nostoros no depende el tiempo. Este año no estamos teniendo mucha suerte con el clima y nos ha obligado a modificar algunos planes y dejaremos el Aquopolis para el noveno día que parece que el tiempo sí nos lo va a permitir.
Así que una vez más tuvimos que recurrir a juegos alternativos y estuvimos jugando a Datchball en la plaza aunque de una forma un poco especial.
A media mañana cambiamos el plan y propusimos hacer un Tú si que vales. Los campusianos se organizaron en grupos y entre ellos prepararon algunas coreografías y números para demostrar sus habilidades a sus compañeros. La verdad es que fue una grata sorpresa para todos porque para el poco tiempo que tuvieron de preparar algo fueron muy ingeniosos.
Y como en este turno hemos demostrado que improvisar se nos da bien, decimos hacer la fiesta holi. En realidad estaba pensanda para la última tarde pero como esperamos ir al parque acuático así que tuvimos que adelantarla. Música y colores durante casi más de 2 horas. ¡Cuántos coreografías nos hemos aprendido este año y cuántas horas hemos pasado bailando todos juntos!
Muchísimas fotos de colores y muchos más momentos para el recuerdo.
Nos quitamos el polvo con la manguera y tras una buena ducha dejamos de ser personas de mil colores y volvimos a ser nosotros mismos.
Por la noche llegó una de las veladas más esperadas y divertidas de Tarragona. Una de esas que lleva con nosotros desde la primera edición y la que vamos renovando cada verano y que no podemos quitar de nuestro programa de actividades. En nuestra penúlitma noche tuvo lugar la Gran Feria de Tarragona, esa noche donde montamos muchos puestos y que cada equipo regenta 2 ellos. Todos los campusianos tienen tickets que pueden gastar libremente en los puestos de los demás compañeros. Y así pasamos casi 3 horas jugando y disfrutando en las pruebas de puntería, habilidad y también algo de suerte. La diana humana formada por primera vez por chicas que recibieron globazos de todos los campusianos y monitores. En los puestos de monitores también se dejaron sus tickets. Un año más, nuestra tómbola triunfó y fueron muchos los campusianos que a través de su suerte se llevaron un montón de regalos para casa.
Terminada la feria, a recoger y a dormir para un nuevo día.
¡Qué poquito nos queda para que llegue el final! ¡Cómo lo sabemos todos! Hay que aprovechar hasta el último instante para no perdernos nada.
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